martes, 26 de junio de 2012

"1Q84" Haruki Murakami

Título: 1Q84 (libro 1)
Autor: Haruki Murakami
ISBN 978-84-8383-296-7
Nº de páginas 364
Editorial: Tusquets
Traducción: Gabriel Álvarez Martínez

Haruki Murakami toma la idea de 1Q84 de Orwell evidentemente. En japonés la Q tiene un sonido muy parecido a 9, con lo que se vale de esa imagen para trazar dos historias que corren en paralelo pero en dos mundos diferentes. En 1Q84 encontremos a Aomame, mujer independiente y monitora de gimnasio, y en 1984 a Tengo, profesor de matemáticas. Ambos son solitarios, tienen unos treinta años y guardan un secreto. La primera es una asesina mientras el segundo desea ser novelista. Ambos se han conocido en la escuela y, aunque sus vidas se separaron, Aomame sigue amando a Tengo mientras que este es incapaz de llevar una relación sentimental seria con nadie y se refugia en una mujer casada con la que sabe que no tendrá las obligaciones adquiridas de una pareja convencional, para satisfacer sus necesidades físicas básicas. De hecho las necesidades físicas son una cuestión latente en toda la obra porque vemos a Aomame en numerosas ocasiones ir a buscar hombres con la cabeza ovalada, qué diría Freud de eso, para mantener relaciones esporádicas donde conocerá a una chica que será su compañera de juergas, una joven policía que también le ayudará en su búsqueda de información sobre una secta llamada Vanguardia, otro punto en común con el 1984 de Tengo en el que han encontrado a una niña que parece salir de esa secta y ha escrito un libro que este se encargará de rescribir para ganar un premio literario. En él se habla de la Little people con curiosas actuaciones a lo largo del libro. Cuando Aomame, se da cuenta de la existencia de una segunda luna comienza a pensar en la posibilidad de vivir en otro mundo diferente al normal al empieza a llamar 1Q84. A su vez sigue asesinando en nombre de una mujer mayor que le va dando información sobre una serie de tipos depravados a los que elimina con un sofisticado método inventado por ella para que parezca que el individuo muere por causas naturales.
Lo de rescribir el libro de la niña surge de parte del editor como un intento de ridiculizar el mundillo literario “voy a burlarme del sistema y ridiculizarlo por completo.” Todo un complot en el que el editor va a jugar con su puesto de influencia para hacer una novela ganadora en el concurso del que es jurado para  vender muchos ejemplares y ganar mucho dinero. Tengo pone objeciones morales al respecto pero al final lo hace, aunque por motivos diferentes a los del editor. Tengo siente un gran afecto por esa novela y piensa que podría mejorarla. Únicamente piensa en temas literarios cuando se propone hacerlo, no en ganar dinero.
En el capítulo tres encontramos esta magnifica metáfora “Como araña, no poseía ninguna otra habilidad especial más que extender telas, y no tenía ninguna otra opción de vida que no fuera quedarse allí quieta. Detenerse en un lugar, esperar a una presa, consumir su vida, morirse y desecarse. Todo se había predeterminado genéticamente. No había cabida para la indecisión, la desesperación o el arrepentimiento. Tampoco para la duda metafísica o el conflicto moral. “
En definitiva se trata de una historia de un cierto carácter fantástico muy ligeramente basada en el libro de Orwell, En Murakami no he logrado sentir esa sensación de angustia y opresión. No hay que olvidar que es un escritor bestsellista y como tal, no puede dar una gran complejidad filosófica a la historia o se expondría a perder gran cantidad de lectores y con ello el titulo de bestsellista. Aquí es cuando me toca explicar un poco este concepto que creo que ha sido mal interpretado y ensuciado con saña sin ningún motivo. El concepto de escribir para la masa o para un reducido grupo de intelectuales ha existido siempre en literatura. Es el famoso dilema a la mayoría-minoría siempre. La lucha entre las novelas de caballería y el Quijote y un gran etc. Por lo tanto no tiene nada de raro que en nuestros días sigan existiendo estos dos conceptos. El hecho de dirigirse a la mayoría no tiene nada de malo, no nos vamos a dar ahora de elitistas y tacharlo como si fuera un apestado, eso de que no se dan obras de calidad entre estos superventas es falso, porque lo vemos con Murakami y con Follet por ejemplo. Eso sí, escribir para la mayoría tiene sus riesgos y sus inconvenientes, los límites no siempre están muy claros entre lo comúnmente entendible y la estupidez más absoluta y si no que se lo digan a Pérez-Reverte o a Vargas Llosa. Pero creo que ese no es el caso de Murakami, si bien hay que entender siempre qué es lo que estamos leyendo y no tratar de buscar a Kafka o Flaubert en las páginas de un Balzac de la época y limitarnos a comprender que dentro de la temática podemos encontrar más o menos una literatura salvable. Porque no nos podemos olvidar de que le literatura es ante todo entretenimiento y es por eso que en este sentido Murakami cumple muy bien con su papel. No hay que buscar más allá y dejarse llevar por una historia bien tramada que te deja deslizarte por las páginas sin demasiado esfuerzo. Tal vez pensemos que se trata de algo así como una música bien interpretada pero que en definitiva nunca te gustaría tanto como para ir a verla en un concierto. Creo que esa es la sensación que me queda del libro de Murakami. Pero es que en definitiva nunca podré olvidar a Kafka. No en serio, ahora se acerca el verano y creo que es una época ideal para leer algo así, sin demasiados quebraderos de cabeza. El único pero que le pongo, son algunos errores de expresión que he ido encontrando por todo el libro. No demasiado estridentes como para destrozar toda la obra pero si algo molestos, como un leve gallo de vez en cuando. Por desgracia, al tratarse de una traducción no me queda más remedio que atribuírselos al traductor y no al propio Murakami, que no creo que tenga semejantes deslices, o tal vez sí, pero como no sé japonés tengo que contentarme con esto. Ahora voy a comenzar el segundo libro y ya os contaré como sigue la historia de Aomame y Tengo. La verdad es que estoy con muchas ganas de seguir investigando en sus vidas…

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