miércoles, 26 de abril de 2017

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En la primavera de 2011 se emitió un programa para la televisión nacional con el objetivo de realizar una serie de documentales sobre “la nueva forma de vivir de los españoles” tras los recientes acontecimientos relacionados con el cambio climático y las consecuentes variaciones en la forma de vida de los habitantes de nuestro país a raíz de dicho suceso. Así nació “Al aire libre” en el que José María Maldonado se había hecho introducir una micro cámara en la corteza cerebral que iba reproduciendo en tiempo real todo lo que registraba su iris, como una mirada en primera persona de todos los elementos a estudio. El reportaje que proyectamos hoy, estuvo realizado en el invierno de ese mismo año. Esperamos que lo disfruten.

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Todos los derechos reservados 2011 por EDICIONES SENDERS S.A. cualquier copia, edición o reducción, corrección, exhibición, alquiler, intercambio o contrato, préstamo, difusión o emisión de exhibiciones públicas de este DVD o de alguna parte del mismo sin autorización expresa están terminantemente prohibidos y la realización de cualquiera de estas actividades haría incurrir en responsabilidades legales y podrá dar lugar a actuaciones penales.
Distribuido por EDICIONES SENDERS S.A. carrer dels vapors nº 1 en SANT BOI DE LLOBREGAT (BARCELONA)
Duración aprox.: 41,32 minutos. Nº Expediente: 27051977 dep. leg. No recomendada para menores de 16 años.

Buenos días señoras y señores teleadictos a la realidad de la vida más real que nunca gracias a, ya lo saben, la incalculable ayuda de la micro tecnología.
Hoy trataremos en profundidad el tema ¿Cómo viven los españoles de hoy?
Como consecuencia de los recientes cambios en nuestro ecosistema. Me dirijo al barrio de les Corts en Barcelona donde se agolpan las familias más pobres de la ciudad.
Como pueden observar la pobreza se apodera de toda esta pobre gente que se ve obligada a tapar sus inmundos cuerpos con abrigos de visón. En el último año la superpoblación de visones por toda España ha dado como resultado que los más pobres han comenzado a utilizar su inmunda piel en oleadas para taparse. Ellos mismos confeccionan dichos ropajes, pero no sólo hacen ropa con ellos, como vemos en esta casa de un mísero profesor de universidad, tienen todo tapizado con dicho material y lo podemos encontrar incluso en toallas, trapos y bolsas para almacenar su inmundicia. Vamos a tratar de acercarnos a semejante elemento. Les aseguro que no sé lo que puede pasar. Estos seres han demostrado ser sumamente violentos y les confieso que temo por mi propia seguridad. Pero ¿Qué le vamos a hacer? Éste es mi trabajo… voy allá. Está jugueteando con uno de esos aparatejos para masas que podemos encontrar tirados en cualquier mercadillo de la ciudad, esos malditos ipod con los que intentan estar conectados al resto de la manada. Espero que no me lo tire a la cara.
-Sr. Por favor.
-Yo no me llamo así.
Recibimiento hostil.
-Trabajo para la televisión pública “Telepaco” y me gustaría hacerle unas preguntitas.
-¿Otro de esos?
-Cómo otro.
-Ya es el tercero que viene esta semana. ¿Cómo dijo que se llamaba su canal?
-“Telepaco” soy del programa “Al aire libre.”
-No tengo ni idea de nada de eso, nosotros, sólo podemos ver canales por satélite.
-Bueno ¿Puedo hacerle unas preguntas o no?
-Sí, pero rapidito que tengo que darme un baño en el yacusi.
-¿Cómo puede soportar vivir así?
-Y qué quiere ¿Usted sabe lo que cobra un profesor de universidad?
-Pero es que… ¿A quién se le ocurre?
-No claro ¡cómo si hubiera podido elegir! Vosotros los periodistas lo veis todo tan fácil. La cultura es lo único que nos ha quedado a los pobres como divertimento. Y de algo hay que vivir.
-Es verdad. Veo que tiene un diamante incrustado en la pared. A qué se debe.
-¿A qué se debe? Hace dos meses se me rompió la pared de cartón y como no tenía nada más a mano tuve que meter ese pedrolo para evitar que este maldito calor se apoderara de la casa.
-¡Pero en cambio llevan esos visones y tiene aire acondicionado en todas las habitaciones!
-Encima con recochineo.
-No, no para nada.
-Entonces ¿Eso es todo?
-No, si me permite, no sé, me gustaría que les contara a nuestros teleadictos cómo es su vida. No sé, sus pasatiempos, su alimentación… que nos comente, en definitiva, qué es ser pobre en estos tiempos en España.
-Pues; un asco.
Se mueve nerviosamente, creo que me voy a apartar un poco, estos seres cuando se sienten en peligro siempre atacan. Camina de un lado al otro de la habitación y no sé si se han percatado de los ojos de loco con los que me mira.
-Le cuento, pero me tiene que prometer que luego me dejará en paz.
-Se lo aseguro.
-Nuestra comida se compone básicamente de caviar, champagne y todas esas guarrerías que podemos encontrar en la calle o el campo. ¿Usted se cree que podemos ir al Corteinglés a comprar chope o patatas o todas esas delicatessen que comen los ricos?
-¿Y cómo hacen?
-Los domingos bajo con mi hijo al mar a recoger todo el caviar y salmón para la semana. Nacen como setas en esta época del año, ayer mismo me encontré una trufa negra en el parque donde paseo con mi niña pequeña.
-¿Una trufa? ¡Qué asco!
-Ya, pero ¿Qué iba a hacer? Tenía el tamaño de una cabeza humana. Y sé que nos podemos alimentar con esa mierda casi un mes.
-Madre de Dios ¿Pero alguna solución habrá?
-Sí claro. Pero eso tendría que írselo a preguntar a los que mandan. A ver si se deciden a hacer algo por nosotros. Sobre todo, intentar arreglar la biosfera que está hecha un cristo gracias a los países que antes eran ricos.
-Pero eso es imposible porque los africanos nunca lo permitirán.
-Claro. Y así estamos. Mientras ellos tengan interés en que nos sigamos pudriendo vivos para seguir manteniendo el poder del mundo…
-Se ha hablado mucho últimamente de que todo esto que ha pasado ahora era un plan que habían comenzado hace muchos años los africanos con ayuda de algunos países asiáticos para que todo terminara así.
-No lo dude. Todo esto ha estado orquestado. Miles de años permitiéndonos contaminar todo lo que nos salía de las narices y pensando, seguir así, seguir así que ya veréis cómo termina todo. Nosotros creyendo que les robábamos el petróleo como idiotas y ahora qué. Das una patada a una piedra y te llenas hasta las orejas de esa mierda negra que no hay forma de limpiártela de ninguna de las maneras ¿Y ellos? Allí, tranquilitos en sus chabolas de lujo y riéndose de todos nosotros apiñados como ratas en enormes rascacielos.
-Se me pone la piel de gallina.
-¿Y qué hacemos nosotros? Pasearnos todos los días en coche contaminando todavía más.
-Pero lo pueden dejar aparcado.
-¿Aparcado? Pero usted se hace la menor idea de la cantidad de gasolina que tendríamos si no la gastáramos. Nos llegaría a las rodillas en dos días.
-Es el pez que se muerde la cola.
-Diga mejor la anguila.
-No me haga vomitar.
-Pues eso.
-Muchas gracias por todo y espero que todo esto se arregle pronto.
-Sí, seguro. Tenga cuidado al salir que el mármol de la entrada está recién encerado.
-Sin palabras.
Estremecedoras imágenes. Ya lo han visto señores teleadictos. Un problema de difícil solución. Qué pena que no puedan oler a través de sus televisores el nauseabundo hedor a NºI Imperial Majesti. Casi me hace vomitar varias veces.
Y ahora nos queda ver la otra cara de la moneda. Bajamos a los barrios ricos, nos pasearemos por el Raval, el Gótico y pediremos permiso para entrar en el barrio chino a ver si los guardias de seguridad nos dejan acceder a alguno de los mandatarios.
El calor es horrible en esta época del año pero en esta zona de la ciudad los piojos atacan a sus habitantes con tal virulencia que les permite mantener una temperatura corporal constante durante todo el año.
Estamos llegando al Gótico, pueden comprobar que el escenario ha cambiado por completo. Nos acercamos a uno de los barrios más ricos de la actual Barcelona. Vivir aquí es algo reservado sólo para los más prestigiados socialmente.
No se ve mucha gente por la calle y es que no tienen necesidad de salir para nada. En sus casas tienen todo lo que quieren. La diferencia con la gente pobre de los barrios de Sarría por ejemplo no tiene nada que ver. Aquí tratamos con comerciantes que han ganado todo su dinero a través del trabajo duro y el sacrificio. Parece que por fin hemos encontrado a alguien. Tiene que vivir por aquí, su aspecto desaliñado de última generación y su extrema delgadez lo delatan.
-¡Señor!
-Ho.
-Hola señor. (Tenemos que recordar para quien no lo sepa que este espécimen de ciudadano está siempre tan cansado que muchos han optado por decir nada más que el principio de las palabras para ahorrar energía, también emplean numerosos gestos corporales con el mismo fin, que les iré explicando según se sucedan para su mejor comprensión.)
-Soy de la televisión pública “Telepaco” estoy haciendo un documental sobre la nueva forma de vida de los españoles. (Mueve levemente la cabeza, eso es una afirmación.)
¿Querría colaborar conmigo? (Eleva un poco los hombros, eso quiere decir que no le importa)
-¿A qué se dedica?
-Fruta.
El mercado de la fruta es uno de los más productivos con el cambio climático. Hoy en día cuesta muchísimo encontrar terreno cultivable y los cuatro que lo poseen lo explotan poco para no gastarlo con lo que hay muy poca fruta en el mercado. Casi toda se encuentra por medio de conocidos o amigos a los que se llega a pagar auténticas millonadas por el preciado manjar. (Entrecierra un poco los ojos. No sabría muy bien como interpretar eso.)
-¿A cuanto tiene la naranja hoy?
-¿Tie money?
-No, es sólo para que los teleadictos se hagan una idea de lo que cuesta la fruta hoy en día.
-¡Ah! Mil.
-¿El kilo?
-¿Usté me ve cara toli? La unidá.
-Ya. ¿Y lo cultiva usté mismo?
-Cuando empezó to. Ahora mercadeo con los af.
-¿Los af?
-Joé, los africanos. Ellos tien a patás. Con esta mier de caló esta tierra so es buea pal petrol. Y pa los bárbaros es toaía peó.
-¿Los alemanes?
-Esos so vivían de los cars así que…
-¿Qué es lo que da más dinero hoy en día?
-La fru, el chope, to lo que es cerdo, la leche, el pan, los huevos. To eso.
-¿Y quién lleva el negocio?
-To lo que es de cow es de los chinos.
-Leche, ternera, queso… (Ya lo han visto, ha vuelto a mover la cabeza significativamente. De verdad que conmueve el aplomo de esta especie.)
¿Y el cerdo?
-Tu padre.
-No. El animal.
-Los In.
-No lo sigo.
-Indios.
-¿En América?
-¡Qué América! Los que cantan.
-Ya.
-Los amerís llevan to lo que es cartón.
-Y eso da dinero.
-Da. Aho tol mun quie su ca de cartón. Es + cul.
-Sí, claro, donde esté una buena casa de cartón que se quite lo demás. Pero no deja de extrañarme todo el cambio de mentalidad y gustos que se ha producido tras el cambio climático ¿A qué lo achaca usted?
-Tol mun quié lo + difícil.
-Ya. Sería como. Yo construyo mi casa de cartón porque puedo. ¿Y el oro?
-No lo quié naie.
-Gracias. Y que siga todo así. Para usted.
Se han podido fijar en el convulsivo gesto de despedida. Cualquiera diría que estaba a punto de vomitar. Todo un ejemplar de nuevo rico en este siglo cambiante y dispar. Su argot, sus gestos, su aire despreocupado ante los recientes sucesos. Eso es. ¿Cómo ha dicho él? Lo más cool. Y ahora, me gustaría terminar el reportaje con el barrio más rico de la ciudad. El Raval. No sabemos si nos será posible acceder hasta allí porque como todos saben los chinos y árabes del barrio han hecho instalar una alambrada que va del Paralelo a la Rambla que impide la entrada al barrio residencial. Antes de comenzar a grabar había contactado con uno de los encargados de la seguridad. Un andaluz un tanto arisco pero al que finalmente pude convencer de que le trasmitiera mis deseos a su jefe de hacerle una entrevista como uno de los hombres más importantes del país.
Estoy a cien metros de la alambrada y una veintena de vigilantes me acechan esperando la orden para detenerme y pedirme el permiso para estar allí. Como no lo tengo lo más probable es que me lleven a uno de los áticos para prisioneros hasta que me deseque como una serpiente. Será mejor que haga algo rápido.
-¿Raúl? ¿Raúl Fernández?
Al oír el nombre de su jefe todos se han detenido al instante. Parece que eso me dará algo de tiempo para parlamentar.
-Hablé con Raúl esta mañana. Soy de la televisión pública. (Nadie se mueve. No sé qué pasa.)
-Ya le dije que lo tenía que consultar con mi jefe.
-Por eso lo llamé esta mañana. Para que tuviera tiempo de avisarlo.
-Él es un hombre muy ocupado. Tiene que avisar con más de una semana de antelación. No he podido hablar todavía con él.
De cerca parece aún más violento que por teléfono. Mide casi dos metros. Es sin duda un espécimen de última generación. De esos que crecen sin límites y desbordan violencia irracional por cada poro de su piel. Pero no tengo tanto miedo como antes porque ya he tratado con este tipo de ser y normalmente se cansan pronto al costarles enormemente razonar. Es por eso que se limitan a hacer lo que los demás les dicen sin pararse a pensar si es lo que quieren o deben hacer.
-Vete a buscarlo.
-¿Cómo?
-Vete a buscarlo ahora y le dices que le espero aquí.
-A mí no me da órdenes ni Dios. Mira que te suelto mi ejército y te dejo pa cagar alfombras persas el resto de tus días.
-Sí haces eso, cuando se entere tu jefe te va a mandar conmigo y verás qué bien lo pasamos.
Está pensando. Esto puede llevarle algunos minutos. Quiere cepillarme aquí mismo pero no sabe si mi amenaza puede ser cierta y por eso terminará yendo a buscarlo. Ahora sólo me queda rezar para que el otro dé su visto bueno. Sino soy hombre muerto.
Todavía le queda un rato de reflexión con lo que aprovecho para tomar algunos planos de la fortaleza en la que se ha convertido el barrio. Antes nadie quería entrar aquí pero como saben ya todo ha cambiado y ahora no hay forma de entrar. La semana pasada unos compañeros vinieron a cubrir la noticia de que había habido un ataque de cierto número de banqueros arruinados por el desplome de la bolsa. Intentaron atacar al ejército de la ciudad pero cómo no tenían la fuerza suficiente intentaron unirse a ellos vendiéndoles la implantación de un nuevo mercado internacional en el que ellos pondrían ahora las normas. Dicen que contestaron que ya las imponían sin necesidad de burócratas arruinados detrás de ellos y los terminaron echando a patadas a todos.
Creo que ya termina su reflexión. No ha dicho nada pero se ha vuelto para adentro. No creo que tarde en salir con la buena nueva. Ahí vuelve.
-Pase. Ha tenido suerte. Mi jefe es uno de sus telespectadores más leales.
-Yo los prefiero llamar teleadictos.
-Eso. Siempre se me confunden las palabras. Espérelo aquí que ahora viene.
Me encantan estos trastos que tienen por todas partes, no sé muy bien de qué se trata pero son diferentes, algo distinto ¿No creen? A fin de cuentas de eso trata todo eso de tener dinero ¿no? De poder hacer cosas diferentes, tener lo que nadie puede tener. Y en ese sentido este nuevo orden social ha desarrollado variaciones en cuanto al anterior, creando todo un entramado diferente. Para que se vayan percatando de cómo funciona un poco todo esto les enfoco algunas de las pertenencias de estos nuevos gurús del dinero en nuestro país. Figuras perfiladas en cristal, paredes forradas de libros de diferentes formas y colores, las puertas de plástico son impresionantes y se han fijado en esos árboles del fondo, se alimentan con desechos orgánicos que genera la ciudad. De hecho, dicen que los generan a propósito para poder alimentar el bosque de los mandatarios del barrio. Aquí cultivan todo tipo de fruta y verdura y estoy seguro que al fondo tienen el ganado para alimentar a todo el barrio. Una organización basada en la auto producción y el desarrollo coherente del enclave por el cual se dispone el funcionamiento del barrio como si se tratara de un micro país.
-Señor Maldonado. Es un orgullo encontrarle a usté en mi humilde morada.
Cómo ven, lleva por única vestimenta la toga oficial del gobierno y calza las famosas zapatillas de tela Macquart.
-Encantado señor Iseo Bergamín.
-Llámeme Is. Es más cómodo.
-¿De dónde viene ese nombre?
-Es una larga historia. Creo que perteneció a una tatarabuela mía.
-Querrá decir tatarabuelo.
-¡Ah no! Tatarabuela. Según oí de pequeño fue una mujer muy importante en su tiempo. Pero muy desgraciada. Parece que vivió en un país habitado por los celtas.
-Galicia.
-Será.
-Así que, de casta le viene al galgo.
-¿Cómo?
- Lo de ser alguien importante digo. (No me ha oído, parece que habla con alguien de su corte.)
-¿Quiere café?
-¿Café?
-Sí, lo cultivamos aquí mismo. Luego me lo preparan unos tipos que contraté. Unos colombianos que son unas máquinas en todo lo que tiene que ver con las plantas.
-No le podría decir que no aunque quisiera.
-Eso es verdad. Pero siéntese. Estas sillas de piedra me las han traído especialmente del cañón del colorado.
-Dicen que ahora es un lago impresionante.
-Ya sabes cómo son los yanquis. Todo lo suyo es lo mejor.
-Pero ya no es así.
-Ni de lejos. Ahora todo se cuece en el hemisferio sur ¿Quién nos lo iba a decir?
-Es raro todo esto que ha pasado.
-Es raro pero bueno.
-Depende pa quién.
-Todo se ha dado la vuelta. Como si el mundo fuera una tortilla de patata gigante y nosotros flotáramos en ella. Por cierto. Se queda a cenar ¿no? Tengo unos cocineros andaluces que hacen un cochino con papas para chuparse los dedos.
-Bueno. Por ser usted… pero me gustaría que me hablara un poco más de la situación actual del mundo.
-El mundo (¿Han notado el deje melancólico?) esa es un concepto que ya no se puede sintetizar en los límites en los que antes estábamos acostumbrados. Ahora yo hablaría más bien de un sistema de balanza ¿sabe? Creo que todo peso tiene un valor y así tenemos que tomarlo. Personas, animales, cosas. Pero el peso que tienen en el mundo es relativo. Todo es oferta y demanda. Si tú me demandas una cosa yo te ofrezco lo que tengo y al final terminas necesitando lo que quiero.
-Ya veo. O sea que el mundo de hoy sería como el anticonsumo.
-No, para nada. Se trata de algo más como conseguir encauzar el sistema comercial actual.
-Vendiendo lo que queremos.
-Justo. Vendiendo lo que tenemos.
-Pero ¿Eso no era lo que hacían los estados unidos?
-No. Ellos producían y luego lo encasquetaban cómo fuera. Se trata de ver qué es lo que tenemos y comenzar a comerciarlo.
-Y ¿Cómo empezó usté?
-Yo empecé con plantas.
-Pero, eso era fácil. Porque después del cambio climático toda Europa quedó asolada y U.S.A. sumergida. Está claro que las plantas se iban a convertir en un artículo de lujo.
-Está claro ahora. Pero en ese momento nadie sabía nada y yo invertí en algo para que luego la gente viniera a mí.
-Pero en África...
-Para ellos es todo muy fácil. Sólo tienen que explotar todo lo que tienen. Mire amigo. Europa no está muerta, ya está enterrada. Yo sólo comercio con el hemisferio sur. Es la única manera de seguir a flote en este mundo raro en el que nos ha tocado vivir.
-No es tan raro. Sólo han cambiado los dueños.
-Ha cambiado todo. Acaso piensa que la mentalidad es la misma. Que es lo mismo negociar con los japoneses que lo que era antes negociar con los alemanes…
-Supongo que no. Y ahora su negocio se basa en…
-Oxígeno. Vendo el oxígeno que generan mis plantas, pero no a Europa. Como ya te he dicho aquí no hay nada que hacer. Hay que adaptarse.
-Pero en el hemisferio sur tienen de sobra.
-Pero no embotellado. Les sale mucho mejor comprarlo que esperar a que todas sus plantaciones se reproduzcan naturalmente. Así, les sueltan el oxígeno como si regaran y todo crece diez veces más rápido.
-Increíble. Bueno, tengo que despedir el programa. Gracias por su colaboración.
-¿Quiere ver el bosque?
-Eso sería genial. Unos últimos planos de su bosque para cerrar el programa de hoy. Y con esto me despido hasta la semana que viene queridos teleadictos.
















Al aire nuestro” idea original de José Antonio Maldonado.
Productor ejecutivo: José Antonio Maldonado.
Director: José Antonio Maldonado.
Coordinador: José Antonio Maldonado.
Presentador: José Antonio Maldonado.
Cámara: José Antonio Maldonado.
Enmaquetador: José Antonio Maldonado.
Diseño: José Antonio Maldonado.
Postproducción: José Antonio Maldonado.



FIN

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